lunes, 30 de abril de 2007

miércoles, 25 de abril de 2007

...

Es tan necesario que estés de mi lado
La distancia puede lastimar mis fuerzas
Puedo resistir con mucho empeño pero el miedo me doblega
Ese miedo a verme nuevamente sola
A pensar que tanto amor ha sido en vano
Es por eso que te necesito en mis días y en mi espacio

...


Jennifer López

martes, 24 de abril de 2007

domingo, 22 de abril de 2007

Pensar en ti.
Hoy 22 y sabes porqué.
Hoy llueve y pienso en ti...

sábado, 21 de abril de 2007

La belleza es muy superior al genio.
No necesita explicación

Wilde, Oscar

MATAN LO QUE AMAN


Y todos los hombres matan lo que aman,
que lo oiga todo el mundo,
unos lo hacen con una mirada amarga,
otros con una palabra zalamera;
el cobarde con un beso,
¡El valiente con una espada!




Oscar Wilde

BALADA DE LA CÁRCEL DE READING I



Ya no vestía su casaca escarlata,
Porque rojos son la sangre y el vino
Y sangre y vino había en sus manos
Cuando lo sorprendieron con la muerta,
La pobre muerta a la que había amado
Y a la que asesinó en su lecho.

Entre los reos caminaba
Con un mísero uniforme gris
Y una gorrilla en la cabeza;
Parecía andar ligero y alegre,
Pero nunca vi a un hombre que mirara
Con tanta avidez la luz del día.

Nunca vi a un hombre que mirara
Con ojos tan ávidos
Ese pequeño toldo azul
Al que los presos llaman cielo
Y cada nube que pasaba
Con sus velas de plata.

Yo, con otras almas en pena,
Caminaba en otro corro
Y me preguntaba si aquel hombre habría hecho
Algo grande o algo pequeño,
Cuando una voz susurró a mis espaldas:
"¡A ese tipo lo van a colgar!"

¡Santo Cristo! Hasta los muros de la cárcel
De pronto parecieron vacilar
Y el cielo sobre mi cabeza se convirtió
En un casco de acero ardiente;
Y, aunque yo también era un alma en pena,
Mi pena no podía sentirla.

Sólo sabía que una idea obsesiva
Apresuraba su paso, y por qué
Miraba al día deslumbrante
Con tan ávidos ojos;
Aquel hombre había matado lo que amaba,
Y por eso iba a morir.

Aunque todos los hombres matan lo que aman,
Que lo oiga todo el mundo,
Unos lo hacen con una mirada amarga,
Otros con una palabra zalamera;
El cobarde con un beso,
¡El valiente con una espada!.

Unos matan su amor cuando son jóvenes,
Y otros cuando son viejos;
Unos lo ahogan con manos de lujuria,
Otros con manos de oro;
El más piadoso usa un cuchillo,
Pues así el muerto se enfría antes.

Unos aman muy poco, otros demasiado,
Algunos venden y otros compran;
Unos dan muerte con muchas lágrimas
Y otros sin un suspiro:
Pero aunque todos los hombres matan lo que aman,
No todos deben morir por ello.

No todo hombre muere de muerte infamante
En un día de negra vergüenza,
Ni le echan un dogal al cuello,
Ni una mortaja sobre el rostro,
Ni cae con los pies por delante,
A través del suelo, en el vacío.

No todo hombre convive con hombres callados
Que lo vigilan noche y día,
Que lo vigilan cuando intenta llorar
Y cuando intenta rezar,
Que lo vigilan por miedo a que él mismo robe
Su presa a la prisión.

No todo hombre despierta al alba y ve
Aterradoras figuras en su celda,
Al trémulo capellán con ornamentos blancos,
Y al director, de negro brillante,
Con el rostro amarillo de la sentencia.

No todo hombre se levanta con lastimera prisa
Para vestir sus ropas de condenado
Mientras algún doctor de zafia lengua disfruta
Y anota cada nueva crispación nerviosa,
Manoseando un reloj cuyo débil tic-tac
Suena lo mismo que horribles martillazos.

No todo hombre siente esa asquerosa sed
Que le reseca a uno la garganta antes
De que el verdugo, con sus guantes de faena,
Franquee la puerta acolchada
Y le ate con tres correas de cuero
Para que la garganta no vuelva a sentir sed.

No todo hombre inclina la cabeza
Para escuchar el oficio de difuntos
Ni, mientras la angustia de su alma
Le dice que no está muerto,
Pasa junto a su propio ataúd
Camino del atroz tinglado.

No todo hombre mira hacia lo alto
A través de un tejadillo de cristal,
Ni reza con labios de barro
Para que cese su agonía
Ni siente en su mejilla estremecida
El beso de Caifás.




Oscar Wilde

viernes, 20 de abril de 2007



Cuánto ha cambiado todo de hace uno o dos años a hoy, cuántas preguntas hemos contestado, cuántos besos hemos cultivado para hoy

jueves, 19 de abril de 2007

martes, 17 de abril de 2007

lunes, 16 de abril de 2007

Ellos me hacen solitaria,que no sola,pero una soledad dulce,una soledad mía.



Lala

domingo, 15 de abril de 2007

viernes, 13 de abril de 2007

...

Sigo mi camino y sigo sola
Conmigo caminado a solas
Mi mundo se derrumba todo
me queda seguir, esperar y
cambiar y llorar y dejarlo todo
quitarme el llanto de mis ojos
alimentando esta ilusión
y soportando este dolor.

Caminar por las calles y ver
que las cosas no pueden volver,
ver la gente a mi lado pasar
sin que puedan y quieran pensar
Y parece una nueva estación

...




Sola
Marc Anthony
Interprete: Jennifer López
Albúm: Como ama una mujer
Año: 2007

jueves, 12 de abril de 2007

VENCIDOS

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.

Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.

¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!

Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...




León Felipe

miércoles, 11 de abril de 2007

A...

Por ti, mujer divina, en éxtasis levanto
las notas que despide mi tétrico rabel;
por ti, mujer que enciendes el fuego sacrosanto
que al cundir por mis venas enaltece mi ser.

Por ti, mujer divina, hermosa luz sin sombra
transpórtame a los cielos excelsa beatitud,
y quisiera a tus plantas tenderlas por alfombra
las trémulas estrellas que brillan en el tul.

Si a Dios por un momento su Fiat arrebatara
tan sólo me ocupara de hacerte muy feliz
y sin goces al cielo ya la tierra dejara
por dártelo ¡divina! por dártelos a ti.

Porque el amor inmenso que dentro el alma brota
ese amor le da vida al muerto corazón,
así como da vida la transparente gota
al pétalo rugado que el viento marchitó

Es tu alma como mi alma, ardiente como fuego
y mi alma sin tu alma no puede ya vivir:
yo quiero poseerte y condenarme luego,
que hasta la eterna gloria despreciara sin ti.

Yo que lloré perdida la luz de la esperanza
yo que el horrible cáliz del dolor apuré,
aun miro, porque te amo, brillar en lontananza
un porvenir de dicha... Eres mi última fe.

Y yo te necesito, así como alimento,
así como del agua necesita la flor,
así como las aves necesitan del viento,
así como la tierra necesita del sol.

Si tomo entre mi mano esa tu mano blanca,
y la llevo a mi seno convulso del placer,
yo siento que un suspiro del corazón se arranca,
suspiro que me lleva de Dios hasta el dosel.

Si vieras que de noche, rendido, abandonado,
aunque el sueño me venza, pensando estoy en ti,
y tu virgíneo rostro de blanca luz bañado
como ángel de mi guarda, le miro junto a mí.

II

En ti nada más pensando
y tu imagen siempre viendo,
y contigo delirando,
y en sueños contigo hablando,
mi vida estoy consumiendo.

Que mis pensamientos son
tuyos, tuya mi existencia,
y tuya la pulsación
que agita mi corazón
con volcánica violencia.

Eres la dicha a que aspiro;
eres la luz con que veo;
eres aire que respiro;
eres la Virgen que admiro;
eres el Dios en que creo.

III

Y yo, mujer, te juro guardar inmaculado
en lo íntimo del alma tu divinal amor;
que si tu amor me falta, seré desventurado;
y entonces, no lo dudes, me arranco el corazón.





Antonio Plaza Llamas

lunes, 9 de abril de 2007

1964

I

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente

para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta

y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna

y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.





Borges

domingo, 8 de abril de 2007

No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche.




Khalil Gibran

sábado, 7 de abril de 2007

La poesía nace del dolor.



Borges

martes, 3 de abril de 2007

La tristeza es un muro entre dos jardines.


Gibrán Jalil Gibrán

domingo, 1 de abril de 2007

¡Oh hijo espléndido de los dioses! Cuando te arrebataron a la que amabas,
Saliste a orillas del mar, y juntando tu llanto con las olas,
Quejándose de dolor, tu corazón ansiaba hundirse en el abismo sagrado,
En el silencio, donde, lejos del bullicio de las barcas,
Profundamente bajo las olas, en apacible gruta vive
Tetis, la hermosa diosa del mar, tu protectora.
¡Madre le era al adolescente, ella, la diosa poderosa, y antaño,
Cuando niño, amorosamente habíale nutrido en las costas rocosas
De su isla con el potente canto de las olas,
Y en baño fortificante le había convertido en héroe!
Así, la madre oyó la queja del adolescente a quien amaba,
Y semejante a nubes ligeras, tristemente surgió del lecho obscuro del mar,
Para calmar con tiernos abrazos el dolor de su favorito,
Y él sintió cuán amorosamente alivio le ofrecía.
¡Oh hijo de los dioses! Si fuera como tú, podría, lleno de confianza,
Confesar mi secreto dolor a alguno de los inmortales.
¡Ay! Pero no debo expresarlo; soportar debo la ignominia, como si nunca
Hubiera sido de ella, la que no obstante me recuerda con lágrimas.
¡Dioses benignos! Vosotros empero escucháis cualquier ruego ferviente de los hombres,
Y desde que vivo, ¡ay!, íntima y religiosamente te amaba a ti,
Luz sagrada; a ti, tierra, y a tus manantiales y bosques;
¡Padre Eter, demasiado ansioso y límpido te ha sentido
Este corazón! — ¡Oh, vosotros, seres de bondad, suavizadme el dolor
Para que mi alma no enmudezca demasiado temprano,

Para que viva y os dé las gracias, a vosotras, altas fuerzas divinas,

Con himnos de devoción; aún en el día declinante os dé las gracias,
Por bienes anteriores, por alegrías de la pasada juventud;
Entonces, llevad al solitario, llevadlo bondadosamente con vosotras!


Aquiles, de Friedrich Hölderlin.